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domingo, 20 de enero de 2013

[6] 1990. Comisión Argentina por la Descolonización; Actividades de CAD-CEHYSO; Una opinión de derecha, DOCUMENTOS


 C.A.D.
COMISION ARGENTINA POR LA DESCOLONIZACION[1]

PREAMBULO

La proximidad de 1992 actualiza la polémica sobre el verdadero significado de la coloniza­ción europea y enmarca acontecimientos políticos que signarán el destino de la humanidad. Esta fecha constituye una oportunidad histórica para que los Pueblos aún co­lonizados brin­den testimonio de su irrenunciable vocación de justicia, en de­fensa de su progreso, su sobe­ranía y de la paz.

Son objetivos de esta Comisión reconocer y denunciar las diversas manifestaciones que adopte el neocolonialismo en nuestro país y en el resto del Continente.

Coordinar el compromiso activo del conjunto de las organizaciones políticas y so­ciales en la defensa de nuestra identidad cultural, en el rescate de la memoria colec­tiva y en las reivindi­caciones básicas de nuestro pueblo.

Promover estrategias comprometidas en el esfuerzo conjunto de los pueblos de la re­gión tendientes a superar el atraso económico y los injustos desequilibrios sociales.

Desarrollar instrumentos políticos, económicos, jurídicos e impulsar mecanismos institucio­nales que acompañen la copiosa y progresista producción doctrinaria de los hombres de ciencia, del pensamiento, o de quiénes a través de otras artes u oficios alzan su voz desde el interior de los pueblos en demanda de reparación y justicia.

Utilizar los foros internacionales para efectuar los reclamos y multiplicar las voces bajo con­signas unificadoras.

Jerarquizar un debate esclarecedor sobre las causas del atraso y la miseria que con­denan a nuestros pueblos, procurando que la Comunidad Internacional haga suyo este reclamo y el compromiso de afrontar solidariamente la superación de aquellas vergüenzas que degra­dan la naturaleza del hombre y agravian la conciencia univer­sal.
La Honorable Cámara de Diputados de la Nación, en una Declaración sancionada el 13 de setiembre de 1989, rescata en sus fundamentos una verdad histórica y consti­tuye una doc­trina que compromete a una respuesta efectiva en su defensa.

Esta voluntad, que trasciende al marco regional, se revela junto a la conciencia co­lectiva de los Pueblos del Tercer Mundo como un imperativo irrenunciable de la historia contemporá­nea.

PRINCIPIOS Y LINEAMIENTOS

            Promover el debate sobre la descolonización a través de diferentes medios y en to­dos los ámbitos de la sociedad.

            Promover la defensa de nuestra identidad cultural, de las pautas educativas que ha­cen a su reafirmación y del derecho a acceder al conocimiento científico de las mayo­rías.

            Promover la defensa al derecho a la tierra y la resolución de las necesidades bási­cas de la sociedad como la alimentación, la salud, la educación, la vivienda y el trabajo digno.

            Apoyar solidariamente las reivindicaciones de los pueblos indios de nuestro Conti­nente.

            Promover la recuperación y la defensa de las riquezas naturales y la preser­vación del medio ambiente.

            Promover activamente la cooperación entre las organizaciones populares en el marco regional.

            Promover y estimular la actividad común, la unidad y la cooperación con otras or­ganizaciones no gubernamentales a nivel nacional e internacional.

            Denunciar la actividad de grandes empresas nacionales o extranjeras en su rol de­predador o cómplice del poder financiero transnacional.

            Promover la investigación cuantitativa y cualitativa de los sectores producti­vos inte­grados por pequeños y medianos industriales, cooperativas, economías de producción nacio­nal y artesanos de todo el Continente, propiciando fuentes apropia­das de financia­miento y perfeccionamiento tecnológico.

            Promover el debate sobre el Nuevo Orden Económico Internacional.

            Promover el debate sobre el Nuevo Orden Internacional de la Información y las Comunicaciones.

            Impulsar la creación de Foros Regionales para la descolonización y del Tri­bunal de Justicia Latinoamericano.

            Promover la realización de una Conferencia Continental sobre Descoloniza­ción.

            Participar activamente en los Foros Internacionales, particularmente en de­bates so­bre descolonización o temas conexos.

            Promover la cooperación con la CEPAL, la UNESCO, la UNICEF, la FAO, la OMS, el PNUMA, y en particular con el Comité Especial sobre Descolonización de las Na­ciones Unidas.

            Promover el debate sobre los derechos de los Pueblos Latinoamericanos res­pecto del territorio antártico y el rol de los mismos en defensa de su equilibrio am­biental.

            Denunciar y condenar la discriminación por motivos raciales, étnicos, cultu­rales, re­ligiosos, sexuales, sociales, políticos o ideológicos y la violación de los dere­chos huma­nos en los Pueblos del Tercer Mundo.

            En defensa del principio de no intervención y autodeterminación, impulsar la solida­ridad con los pueblos agredidos directa o indirectamente por potencias extran­jeras y apoyar a aquellos que luchan por su independencia de regímenes coloniales.

            Repudiar las reuniones de los Ejércitos Americanos y la participación de ofi­ciales de las FFAA y de seguridad en las "escuelas" de entrenamiento de los EEUU, ámbitos donde se garantiza y actualiza la vigencia de la doctrina de la seguridad na­cional.

            Apoyar las iniciativas de paz de Contadora y las propuestas formuladas por el Grupo de los Ocho.

            Impulsar el movimiento por una paz con justicia en la región y el desmante­lamiento inmediato de las instalaciones nucleares con fines bélicos.

CONVOCATORIA

El 13 de setiembre de 1989 la Cámara de Diputados de la Nación sancionó una De­claración  de significativa trascendencia política. Sus fundamentos representan un virtual alegato anti­colonialista dado que se oponen frontalmente a una visión del pa­sado cuya función consti­-
tuyó, desde siempre, la justificación de un sistema opresivo. Es esta opi­nión, institucionali­zada a través de la representación legítima del pueblo en el Parlamento, la que exige crear un instrumento que le otorgue eficacia.

Hoy, cuando los grandes monopolios y el poder financiero transnacional disponen impune­mente de nuestro destino, emerge como nunca la necesidad de enfrentar de­cididamente esta variante salvaje y modernizada de colonialismo. Ayer fueron las tres  ca­rabelas, ahora el F.M.I.

En razón de la actividad que se viene desarrollando en el marco del V Centenario, y de los intereses que objetivamente se contraponen en esta conmemoración, urge promover instan­cias para afrontar esta circunstancia. La propuesta de impulsar la COMISION AR­GENTINA POR LA DESCOLONIZACION (C.A.D.) se inscribe en la necesidad de lle­var adelante el espíritu de este documento, en el cual se insta a las Naciones Unidas a de­clarar a 1992 "AÑO INTERNACIONAL DE LA SOBERA­NIA DE LOS PUEBLOS DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE".

El jueves 5 de abril, aniversario del Abrazo de Maipú, símbolo de hermandad latinoameri­cana se constituye en Buenos Aires el Consejo de Coordinación de la C.A.D. bajo la presi­dencia honoraria de legisladores nacionales.

Consejo de Coordinación

Buenos Aires, Mayo de 1990

PRESIDENCIA HONORARIA
 (Diputados de la Nación)

Germán Abdala, Carlos Chacho Alvarez, Osvaldo Alvarez Guerrero, Alberto Aramouni, Luis Pedro Brunati, Juan Pablo Cafiero, Juan José Cavallari, Franco A. Caviglia, Gui­llermo Estevez Boero, Matilde Fernández de Quarracino, Pedro García, Simón Alberto Lázara, Luis A. Manrique, Miguel Monserrat (m.c.), Rodolfo H. Quezada,  Raúl Rabanaque Caballero (m.c.), Carlos Raimundi, Juan Carlos Ramos, Federico T.M. Storani.

CONSEJO DE COORDINACION

Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Asamblea Permanente para la Educa­ción, Asociación por los Derechos del Pueblo, Asociación Raíces Latinoame­ricanas, Centro de Estudios Acción Argentina, Centro de Estudios Históricos y So­ciales 11 de Octubre, Co­mité Argentino Latinoamericanos contra el Aparthied, Con­sejo Argentino de la Paz, En­cuentro Cristiano, Fundación Buenos Aires para Nues­tra Cultura, Fundación 5 Siglos, Fundación de Estudios para la Integración de América Latina, Fundación de Estudios Parlamentarios, Fundación del Sur, Funda­ción Manuel Ugarte, Fundación Máximo Mena, Fundación Pueblo Unido, Funda­ción Sergio Karakachoff, Huaico Lazo Americano, Imagi­nario de América Latina, Instituto Latinoamericano de Estudios Transnacionales, Liga Ar­gentina por los De­rechos del Hombre, Madres de Plaza de Mayo (línea fundadora), Movi­miento de Villas y Barrios Carenciados, Movimiento Judío por los Derechos Humanos, Ser­vicio de Paz y Justicia, Taller Permanente de la Mujer, Tribunal Antiimperialista de Nues­tra América, Instituto Malvinas para la Emancipación Nacional y Latinoameri­cana.




[1]. Publicado en HUAICO 38, noviembre de 1990, pp.7/8; y en Cuadernos Populares para la Reflexión 1, ob.cit., pp.79/80.

De HUAICO Identidad y Reflexión, pp.355/359

ACTIVIDADES DE LA CAD-CEHYSO
 



UN EJEMPLO DE LO QUE OPINABA LA DERECHA DESDE UNA DE SUS TRIBUNAS:



Iniciativas del comunismo

El descubrimiento de América y la ideología[1]

Por Carlos Manuel Acuña

Hace mucho tiempo que alertamos a nuestros lectores acerca de las maniobras extremistas para tratar de desvirtuar la celebración en 1991 del V Aniversario del Descubrimiento de América. En más de una oportunidad hicimos referencia a la actividad de distintos organis­mos, que bajo la apariencia de dedicarse a destacar el trascendental acontecimiento para la humanidad, intentan modificar los alcances de todo el proceso de colonización, intento que incluye casi con preferencia, un serio y sostenido ataque contra el papel de­sempeñado por la Iglesia Católica y España en el mundo.

Más concretamente, esta tarea siempre apareció acompañada de un esfuerzo coincidente apuntado a respaldar y promover la llamada "teología de la liberación", entroncada
 ideológicamente con el marxismo y que forma parte de la estrategia mundial desplegada por la Unión Soviética al margen de la "perestroika", del "glasnost" y de la fomentada idea de que el comunismo abandona sus intentos de conquista a partir de las grandes mo­dificaciones po­líticas que ocurren hoy día.

Precisamente, la concepción errónea de que a partir de ahora puede bajarse la guardia, forma parte de la imagen que se desea crear para facilitar la penetración ideológica y en tal sentido la utilización de los sentimientos religiosos ha creado una  nueva vía y por ende, un nuevo campo de lucha. Como siempre ocurren en estas cosas, las falsas aparien­cias contribuyen al desarrollo de una política revisionista respecto de los hechos más gra­vitantes del pasado, política que busca minar los principios y valores con el único objeto de fomentar elementos, ideas fuerza y toda una gama de antivalores para tratar de reem­plazar a los primeros.

Dicho esto, debemos recordar que dentro del ámbito católico y de las religiones cristianas de menos significación se ha generado de un tiempo a esta parte un polo de acción polí­tica que se desempeña bajo el disfraz de una curiosa evangelización que, en todos los ca­sos, revela la intervención de manos que actúan exclusivamente con intenciones ideológi­cas, aun y cuando esto ocurra también en algunos niveles superiores de la Iglesia, como es el caso de varios obispos cuya prédica aparece inexorablemente atada a los intereses de la izquierda más característica y no siempre conocida.

Una extraña comisión

Quienes han seguido de cerca nuestros comentarios, conocen cómo se ha llegado en estas situaciones a utilizar a terceras personas no involucradas en tareas desestabilizadoras y que incluso están alejadas del extremismo expreso y militante, aunque lo cierto es que los nom­bres se repiten y muestran una notable coherencia en la formación de una red intrin­cada de contactos, de sellos que sirven para montar organizaciones presuntamente repre­sentativas pero que, en definitiva, forman parte de un andamiaje dinámico y amoldado a las circuns­tancias.

Entre esas organizaciones podemos nombrar a la "Comisión Argentina por la Descoloniza­ción", que en un folleto de propaganda reconoce expresamente su relación con una idea pre­concebida acerca de la colonización de América y así, sostiene en su pri­mera parte que "la proximidad de 1992 actualiza la polémica -como si la polémica exis­tiera- sobre el verdadero significado de la colonización europea y enmarca acontecimien­tos políticos que signarán el destino de la humanidad" y para que no quepan dudas, ense­guida habla de la necesidad de denunciar el neocolonialismo y menciona otros lugares comunes clásicos de un avanzado enfoque de la política.

Eso se percibe también en la larga mención de los objetivos específicos de la comisión, como por ejemplo, "promover activamente la cooperación entre las organizaciones popula­res en el marco regional", el debate (?) sobre el "Nuevo Orden Económico Interna­cional", la "cooperación con la CEPALla UNESCOla UNICEFla FAOla OMS, el PNUMA" y otros organismos ganados en casi todos los casos por el socialismo. Asi­mismo, la Comisión desea especializarse en "repudiar las reuniones de los ejércitos ame­ricanos y la participación de oficiales de las Fuerzas Armadas y de Seguridad en las es­cuelas de entrenamiento de los Estados Unidos, ámbitos -se asegura- donde se garantiza y actualiza la vigencia de la doc­trina de la seguridad nacional", al mismo tiempo que se propicia una suerte de reforma agra­ria.

Nombres y siglas reveladores

El cuadro sucintamente descripto se enriquece con la nómina de los "presidentes honora­rios" de la entidad, casi todos legisladores en funciones y cuya nómina es la siguiente: Germán Abdala, Carlos "Chacho" Alvarez, Osvaldo Alvarez Guerrero, Alberto Ara­mouni, Luis Pe­dro Brunati, Juan Pablo Cafiero, Juan José Cavallari, Franco A. Caviglia, Guillermo Estévez Boero, Matilde Fernández de Quarracino, Pedro García, Simón Al­berto Lázara, Luis A. Manrique, Miguel Monserrat, Rodolfo H. Quezada, Raúl Rabana­que Caballero, Carlos Raimundi, Juan Carlos Ramos y Federico M. Storani. Un breve análisis de las militancias de los nombrados permite encontrar el denominador común de la alianza de la coordinadora al­fonsinista con el renovadorismo de Cafiero y el agregado de otras ideologías paralelas ac­tuantes bajo la sigla del socialismo o del partido intransi­gente, todo lo cual se redondea si se considera que entre el Consejo Promotor de la Comi­sión, se encuentran organizaciones tan definidas como el Servicio Paz y Justicia de Adolfo Pérez Esquivel, el Movimiento Judío para los Derechos Humanos, el Consejo Ar­gentino de la Pazla Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (controlada también por el partido Comunista), las Madres de Plaza de Mayo, en idéntica situación, el Movi­miento de Villas y Barrios Carenciados, el Tribunal Antiimperialista de nuestra América, las fundaciones Máximo Mena, Pueblo Unido y Sergio Karakachoff, entre otras, el Comité Ar­gentino Latinoamericano contra el "apartheid" y la Asamblea Permanente para la Educación, además de otras siglas prepara­das para la agitación y el activismo, lo que nos excluye de formular mayores comentarios.




[1]. Esta es una de esas notas símbolo de las reacciones que generó en la derecha argentina, en este caso en la derecha oligárquica, la acción llevada a cabo por el CEHYSO y la CAD y más adelante por el MAPEIAL. Del torrente de expresiones en editoriales, notas y comentarios en dia­rios y revistas, éstas del viejo diario LA PRENSA del 18 de mayo de 1990, son las más acabadas en contenido y en definición ideológica, por ello, ha sido seleccionada para reproducir en este li­bro. 
(De HUAICO Identidad y Reflexión, pp 311/313)

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